jueves, 20 de agosto de 2015

20.- ÁREA DE TRABAJO 5 : "CULTURA Y FORMAS COMUNITARIAS DE GESTIÓN DE LOS RECURSOS EN ANDALUCÍA"





Área de trabajo 5: “Cultura y formas comunitarias de gestión de los recursos en Andalucía”. Coordinadores: D. Manuel Delgado.  D. Óscar García.

D. Manuel Delgado :

 “Es imprescindible que nos planteemos en Andalucía otra forma de entender la economía. La economía es una creación de la mente humana; esta economía que hoy tenemos es un invento del hombre blanco perteneciente a una determinada élite de poder y del Norte. Todas estas características se unen en el origen de esta construcción social que, debemos añadir, es una parte de una cultura que algunos han llamado civilización industrial, es una parte de la cultura del norte.

 Esta economía que hoy tenemos es una economía que tiene muchos inconvenientes. Hasta tal punto que podemos decir que esta manera de entender la economía, en su funcionamiento e ideología, ha constituido después de más de 200 años de su nacimiento, un enorme fracaso.

 Los que se llamaron padres de la economía nos decían que ésta se había construido con el objetivo de alcanzar la riqueza de las Naciones y 200-300 años más tarde lo que estamos viendo es que vivimos en medio de un panorama dominado y ensombrecido por la pobreza y la desigualdad. Nunca hubo una distancia tan grande entre unos pocos que lo acaparan prácticamente todo y el empobrecimiento de la mayoría.

 Esta manera de entender la economía y su práctica han generado muchos más problemas de los que ha resuelto. Y especialmente ha sido un fracaso de una enorme rotundidad para los pueblos del Sur, para los pueblos periféricos, para pueblos como el pueblo andaluz.

 En nuestro caso la economía andaluza, después de un proceso histórico de más de 200 años de inserción, de una integración total en el sistema, hoy tenemos una economía rota, descompuesta, hoy tenemos una economía que no es capaz de atender mínimamente a las necesidades de nuestro pueblo.

Hoy tenemos una economía con los recursos y nuestro patrimonio natural y cultural puesto al servicio de intereses que están lejos de Andalucía. Por eso no podemos suponer que insistiendo en esta manera de entender la economía y en este modo de funcionar de la economía nosotros vayamos a conseguir invertir el proceso. 

Tenemos que pensar en otra economía que funcione con otra lógica distinta a esta lógica imperante de la acumulación de capitales, y en ese sentido es urgente que nos pongamos a trabajar.

 Es verdad que nos hemos quedado sin referencia, afortunadamente diría yo, quiero decir que las economías del norte hoy son economías que no responden a un estilo de vida que pueda ser generalizable, que no responden a un estilo de vida que pueda ser sostenible y yo diría más, no es posible que nosotros aspiremos a eso, no debemos seguir aspirando a ese modelo porque no es posible, pero también nos tendríamos que plantear incluso hasta qué punto es deseable ese modelo que agoniza y que se constituye en contra de la vida de la gente, habiendo sido nosotros especialmente perjudicados. 

Este es un modelo que en el que podríamos identificar que caben dos papeles: el papel de depredador y el papel de presa. ¿Merecería la pena aspirar a dejar de ser presa para pasar a ser depredadores? ¿Es este el papel al que aspiramos como pueblo? ¿Desde dónde podemos los andaluces construir una economía a favor nuestra?

 Creo que no tenemos más posibilidades que recurrir a lo mejor que tenemos, precisamente a nuestro patrimonio cultural, a lo que podríamos entender como “el nosotros”. Yo matizaría incluso y diría que habría que tener en cuenta especialmente “el nosotras”. Tenemos bastante que aprender de ese “nosotras”, colectivo, que históricamente se ha ido fraguando en el sufrimiento, en la explotación especialmente. 

En esta dirección podemos encontrar muchas formas que se han ido forjando culturalmente a lo largo de nuestra historia y que nos pueden servir para construir ese futuro que necesitamos. Entre otras, muchas formas comunitarias de entender la gestión de los recursos. Nosotros somos un pueblo que tenemos valores culturales, como sabemos, que se oponen a los valores predominantes en el sistema.

 Podemos hacer referencia a una cuestión muy simple como ejemplo: nuestra concepción del tiempo no responde a la que predomina en el sistema. Nosotros no hemos tenido nunca el tiempo de nuestra vida gobernado por el reloj de la fábrica; nuestro tiempo se ha gobernado más por el trabajo de sol a sol, por los ciclos naturales, y esto nos ha hecho también diferentes, diferentes en gran medida hoy y pensando en la construcción de un futuro a favor nuestro, porque con esa concepción del tiempo tenemos muchas más potencialidades de liberación que con la concepción que nos dice que el tiempo es oro, es decir, que la vida es dinero.

 Hay muchas figuras, ya como experiencia acumulada, que nos dan a entender que lo comunitario ha sido construido en la cultura andaluza como un mecanismo de defensa, y en el taller lo que intentamos precisamente es primero conocer cuáles han sido esas formas comunitarias de gestión con recursos como el agua, como la tierra, con temas como la soberanía alimentaria que son temas hoy urgentes para ponerlos en marcha en una economía que se especializa cada vez más en una agricultura de exportación y que importa cada vez más lo que nos comemos; algo que no solamente no nos conviene sino que nos hace un daño enorme porque contribuye a romper nuestra economía. 

Conocer esas formas culturales que nos pueden ayudar a construir el futuro, intentar identificar a los grupos que están ocupándose de poner en marcha experiencias desde ese tipo de formas culturales comunitarias, tratar de contribuir a la articulación y la expansión de esas experiencias, trabajar para ver qué podemos hacer en esta dirección.

 La cuestión está muy abierta; está tan abierta que todas las sugerencias serán pocas y toda la participación será también poca para intentar llevar a cabo algo que pueda servirnos”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario